jueves, 4 de noviembre de 2010

La chola más gringa de todas


Desde hace 100 años contamos con una verdadera bebida de sabor nacional, única a pesar de tener cierta competencia, la cual ha atacado ferozmente a la rubia favorita de todo el Perú. Y digo esto, porque esta gaseosa realmente dio la hora, en esos conocidísimos espacios radiales en los que sonaba “la hora Inca Kola”, porque fue la que daba mensajes de esperanza cuando el país estaba arruinado por culpa ese sajino al que no vale la pena mencionar más, y porque además combina con todos los manjares con los que nuestra alta cocina nos lleva al cielo.

Esta reina de las cevicherías y emperatriz de los chifas, que es producida en la embotelladora de los Lindley, no siempre ha sido la misma, pues ha pasado por múltiples presentaciones, y hasta fue adquirida por The Coca Cola Company para ser parte de su harén.

Al comienzo se anunciaba como complemento de la peruanidad y ahora como la creatividad del cholo chambeador que sale adelante. De ese peruano que sale desde la Pachamama con dificultad, pero que luego alza el vuelo hasta llegar al mismísimo Inti.

Pero obviamente la evolución de la publicidad de Inca Kola ha ido de la mano con los avances de la tecnología, ya que pasó de esos comerciales graciosos en directo en blanco y negro, al uso de efectos especiales para ver al antipático de Erick Elera llegar a los brazos de su amada. Bueno, a fin de cuenta, los spots publicitarios no son para el gusto de todos.

Los valores, la identidad cultural y el peculiar sabor que tiene esta bebida han superado a la vil competencia y hasta ha pasado piola la venta de la marca a la conocida morocha trasnacional. Esto se debe a que generaciones de peruanos se han criado con esta gaseosa en la mesa, y probablemente lo seguirán haciendo por varios siglos más, ya que uno de los puntos clave de NUESTRA bebida, es la capacidad de hacer maridaje, así mismo vinito ficho, con cualquier plato. Por algo la gente come hasta la “fast food” con esta rubiecita al lado.

Después de reflexionar todos estos puntos, creo que queda claro que es imposible resistirse a una rica Inca Kola.

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